
________________________________________
ERES MAS:. ?
(autor desconocido)
Sólo recordaba aquel fuerte dolor en el pecho. ¿Cómo vine yo a parar aquí?. ¿El ambiente era familiar, ya estuve aquí una vez pero cuándo?.
Caminaba sin rumbeo. Personas desconocidas pasaban a mi lado, pero en el tenía el coraje para abordarlas. ¿Esperé, y me pregunté qué grupo sería aquel reunido con tiernos negros?.
¡Lógico! estaré yendo o viniendo de uno entierro. ¡Está claro son HH:.!.
Me acerqué al grupo. Al mirarme llegar, interrumpieron su
conversación. Discretamente me identifiqué de A:. M:., obteniendo respuesta. La alegría afloró de inmediato en mí. ¡Estaba entre HH:.! me identifique con mi nombre y grado.
Pregunté ansioso lo que estaba aconteciendo conmigo. Respondieron con mucho tino y fraternalmente : Había muerto... me asusté considerablemente... ¿Y mi familia? ¿Mis amigos?... ¿Cómo están?.
Están bien, están siendo atendidos por la Ord:. , en lo se
preocupe... a su debido tiempo Ud. los verá, respondieron.
Aún asustado, pregunte el motivo de sus vestimentas.
Nos estamos encaminando a nuestro Templo, fue la respuesta.
¿Temp:.? ¿Ustedes tienen Temp:. Mas:.? Sí claro... ¿Por qué no?.
Me sentí tranquilo, Al final yo soy Gran Inspector General de la Ord:. y con certeza recibiré las honras debidas a mi grado.
Pedí poder acompañarlos, y así si hizo.
Al final de una pequeña caminata divisé el Templo. Confieso que me quedé admirado por su gran belleza. Las columnas del pórtico, majestuosas. Nunca vi algo igual. Imaginen como debía ser su interior y como me sentiría tomando parte de los trabajos. Caminamos en silencio, Al llegar en la antesala me encontré con HH:. conversando animadamente, pero en tono respetuoso.
Uno de ellos, el que me acompañaba, llamó al que estaba adelante de él.
¡H:. Experto! Acompañe al H:. recién llegado y con él espere en la antesala de los pasos perdidos.
¿Yo no lo entendí bien?. Al final había mostrado mis credenciales y no era ese el protocolo que se me debía dar. Esperé unos instantes, seguro de que me preparaban una recepción bien fraterna. Con seguridad estarían disponiendo alguna ceremonia especial para mi entrada; en realidad mio gr:. 33 no podía esperar nada diferente.
Verifiqué que los HH:. que habían quedado en el atrio, en silencio, iban formando un cortejo para la entrada del Temp:. ¿Por La distancia en lo pude escuchar lo qué los HH:. decían?. Un halo de luminosidad invadió a todos.
Entraron mudamente al Temp:. Conmigo quedó el H:. Experto. De tanta emoción en lo lograba hilvanar palabra alguna. El tiempo pasó... no lo sé cuanto tiempo.
Finalmente La puerta del Temp:. se entreabrió y salió el H:. Maestro de Ceremonias, si encaminó hacia mí y comunicó que yo sería recibido al instante.
Ajuste mi Mand:. e infle mi pecho. Comprobé que mi collar y medallas estuvieran ordenadas y me encamine con él.
¿Me intranquilicé algo quién no lo haría en esas circunstancias?
Respiré profundo y entré ritualísticamente al Temp:.
Extraño... esperaba encontrar lujo y esplendor, mucha riqueza.
Comprobé, de inmediato, una simplicidad enorme. Una luz brillante, que no lo sé de donde venía, iluminaba todo el ambiente.
Saludé al V:. M:. y los dos Vigilantes en la forma acostumbrada.
Nadie si levantó a mi entrada. Ningún batir acompaño mi avance. Todos si mantenían silenciosos y en actitud respetuosa. Realmente no lo sabía que hacer... Era todo sorprendente para mí. Esperaba órdenes... por fin ellas
vinieron con la voz firme del V:. M:. :
¿..............?
Reconociendo la necesidad del ret:. en tales circunstancias respondí :
¿..............?
Sonreí para mis adentros mientras esperaba tranquilamente La
siguiente pregunta y el momento propicio para demostrar mis conocimientos y
desenvoltura. En su lugar, el V:. M:. dirigiéndose a los presentes, preguntó :
¿Los HH:. aquí presentes lo reconocen cómo Mas:.?.
El silencio fue total.
Me asusté. ¿Qué era esto? ¿Por qué tal pregunta? ¡Esto con certeza no era parte del Ritual!.
Dirigiéndose a mí el V:. M:. respondió :
Mi caro Hermano visitante, los HH:. aquí presente no lo reconocen como Masón.
¿Cómo no? Dije yo. ¿Ud no ven mis insignias y paramentos? ¿Mis diplomas? ¿Mis medallas? ¿No verificaron mis documentos? ¡Retéjenme!.
Sí, claro H:., respondió solemnemente el V:. M:. . Con todo, con haber ingresado en la Ord:. , tener diplomas, ostentar insignias y medallas, en lo basta para ser reconocido Mas:. Es necesario antes que nada tener construido su "Temp:. Interior" y verificamos que esto no ocurrió con Ud mi H:.. Observamos, que la pesar de haber tenido las oportunidades de estudio y haber alcanzado el mayor de los grados del R.E.A.yAc., no habéis realizado progreso personal alguno. Su paso por el Arte Real fue efímero.
Yo no lo pude aguantar y respondí :
¿Cómo efímero?. Ustedes, qué todo lo saben, ¿No lo observaron mis actitudes frat:.?.
Fui interrumpido :
HH:. ... veamos entonces su defensa :
De inmediato si enfocó una pantalla como de una televisión y en la imagen me reconocí juntamente com un grupo de HH:. haciendo comentarios humillantes contra otros HH:., haciendo burla con la presencia de los AA:. MM:., contando chisten en Atrium, conversando y desatentos en
el desarrollo de los trabajos, intolerante con los HH:., haciendo gestos para llamar la atención de mi presencia en Log:.... ¡Era verdad! Me dio vergüenza... traté de justificarme, pero no lo encontraba argumentos para mi defensa. Recordé entonces mis acciones benéficas y me explayé sobre ellas.
Cambiando la imagen cual si cambian en el medio de Televisión, me vi poniendo la mano vacía en el Saco de Beneficencia. Era cierto y por costumbre yo lo hacía así, por pensar que el óbolo no lo sería bien encaminado...
Pensaba que yo daría mejor destino, pero por desgracia, nunca lo hacia... Me vi en las visitas la los HH:. enfermos y comprendí que era pura obligación no por frat:.
Quedé en silencio y lágrimas de remordimiento me brotaron de los ojos. Instintivamente comencé a retirarme cabizbajo. Me detuve al oír la voz autoritaria y al mismo tiempo frat:. del V:. M:. .
Mi H:., reconocemos sus debilidades a todo el mundo y en la Maso:., con todo reconocemos también que él H:. fue iniciado en nuestros Augustos Misterios. Prometemos a sus Iniciados protegerlos y
lo haremos.
El H:. tendrá la oportunidad de enmendar sus errores, Al final, todos los aquí presentes ya los cometimos algun turno. Relájese ahora. Tómese el tiempo necesario y al volver sobre esta tema llegue con nuevas experiencias, nosotros lo encaminaremos de nuevo hacia el camino correcto de La Ord:. Mas:.. Su nuevo caminar será seguramente mas promisorio y útil.
Salí decepcionado pero extrañamente aligerado.
Aquellas palabras parecen haberme librado de un gran peso de encima.
Con seguridad, allí yo desbastaría parte de mi Piedra Bruta.
Estaba saliendo ritualísticamente, cuando pasé entre columnas...
Desperté, sobresaltado y mojado de sudor. Mi corazón estaba muy agitado. Me levanté asustado, mejor más con cierta alegría en el pecho.
¡Había soñado!.
Me dirigí al guardarropas. Mi tierno negro y mis guantes blancos sin uso, estaban allí.
Rápidamente retiré del saco las medallas e insignias, juntamente a los diplomas, algunos sin mérito, y los guardé en una pequeña caja de fondo donde nadie los pudiese ver.
Aún emocionado y con los ojos llenos de lágrimas, me dirigí a mi mesa de trabajo y con las manos trémulas y lleno de una alegría enaltecedora, retiré mi Ritual de A:.M:. y comencé a leerlo.
ERES MAS:. ?
(autor desconocido)
Sólo recordaba aquel fuerte dolor en el pecho. ¿Cómo vine yo a parar aquí?. ¿El ambiente era familiar, ya estuve aquí una vez pero cuándo?.
Caminaba sin rumbeo. Personas desconocidas pasaban a mi lado, pero en el tenía el coraje para abordarlas. ¿Esperé, y me pregunté qué grupo sería aquel reunido con tiernos negros?.
¡Lógico! estaré yendo o viniendo de uno entierro. ¡Está claro son HH:.!.
Me acerqué al grupo. Al mirarme llegar, interrumpieron su
conversación. Discretamente me identifiqué de A:. M:., obteniendo respuesta. La alegría afloró de inmediato en mí. ¡Estaba entre HH:.! me identifique con mi nombre y grado.
Pregunté ansioso lo que estaba aconteciendo conmigo. Respondieron con mucho tino y fraternalmente : Había muerto... me asusté considerablemente... ¿Y mi familia? ¿Mis amigos?... ¿Cómo están?.
Están bien, están siendo atendidos por la Ord:. , en lo se
preocupe... a su debido tiempo Ud. los verá, respondieron.
Aún asustado, pregunte el motivo de sus vestimentas.
Nos estamos encaminando a nuestro Templo, fue la respuesta.
¿Temp:.? ¿Ustedes tienen Temp:. Mas:.? Sí claro... ¿Por qué no?.
Me sentí tranquilo, Al final yo soy Gran Inspector General de la Ord:. y con certeza recibiré las honras debidas a mi grado.
Pedí poder acompañarlos, y así si hizo.
Al final de una pequeña caminata divisé el Templo. Confieso que me quedé admirado por su gran belleza. Las columnas del pórtico, majestuosas. Nunca vi algo igual. Imaginen como debía ser su interior y como me sentiría tomando parte de los trabajos. Caminamos en silencio, Al llegar en la antesala me encontré con HH:. conversando animadamente, pero en tono respetuoso.
Uno de ellos, el que me acompañaba, llamó al que estaba adelante de él.
¡H:. Experto! Acompañe al H:. recién llegado y con él espere en la antesala de los pasos perdidos.
¿Yo no lo entendí bien?. Al final había mostrado mis credenciales y no era ese el protocolo que se me debía dar. Esperé unos instantes, seguro de que me preparaban una recepción bien fraterna. Con seguridad estarían disponiendo alguna ceremonia especial para mi entrada; en realidad mio gr:. 33 no podía esperar nada diferente.
Verifiqué que los HH:. que habían quedado en el atrio, en silencio, iban formando un cortejo para la entrada del Temp:. ¿Por La distancia en lo pude escuchar lo qué los HH:. decían?. Un halo de luminosidad invadió a todos.
Entraron mudamente al Temp:. Conmigo quedó el H:. Experto. De tanta emoción en lo lograba hilvanar palabra alguna. El tiempo pasó... no lo sé cuanto tiempo.
Finalmente La puerta del Temp:. se entreabrió y salió el H:. Maestro de Ceremonias, si encaminó hacia mí y comunicó que yo sería recibido al instante.
Ajuste mi Mand:. e infle mi pecho. Comprobé que mi collar y medallas estuvieran ordenadas y me encamine con él.
¿Me intranquilicé algo quién no lo haría en esas circunstancias?
Respiré profundo y entré ritualísticamente al Temp:.
Extraño... esperaba encontrar lujo y esplendor, mucha riqueza.
Comprobé, de inmediato, una simplicidad enorme. Una luz brillante, que no lo sé de donde venía, iluminaba todo el ambiente.
Saludé al V:. M:. y los dos Vigilantes en la forma acostumbrada.
Nadie si levantó a mi entrada. Ningún batir acompaño mi avance. Todos si mantenían silenciosos y en actitud respetuosa. Realmente no lo sabía que hacer... Era todo sorprendente para mí. Esperaba órdenes... por fin ellas
vinieron con la voz firme del V:. M:. :
¿..............?
Reconociendo la necesidad del ret:. en tales circunstancias respondí :
¿..............?
Sonreí para mis adentros mientras esperaba tranquilamente La
siguiente pregunta y el momento propicio para demostrar mis conocimientos y
desenvoltura. En su lugar, el V:. M:. dirigiéndose a los presentes, preguntó :
¿Los HH:. aquí presentes lo reconocen cómo Mas:.?.
El silencio fue total.
Me asusté. ¿Qué era esto? ¿Por qué tal pregunta? ¡Esto con certeza no era parte del Ritual!.
Dirigiéndose a mí el V:. M:. respondió :
Mi caro Hermano visitante, los HH:. aquí presente no lo reconocen como Masón.
¿Cómo no? Dije yo. ¿Ud no ven mis insignias y paramentos? ¿Mis diplomas? ¿Mis medallas? ¿No verificaron mis documentos? ¡Retéjenme!.
Sí, claro H:., respondió solemnemente el V:. M:. . Con todo, con haber ingresado en la Ord:. , tener diplomas, ostentar insignias y medallas, en lo basta para ser reconocido Mas:. Es necesario antes que nada tener construido su "Temp:. Interior" y verificamos que esto no ocurrió con Ud mi H:.. Observamos, que la pesar de haber tenido las oportunidades de estudio y haber alcanzado el mayor de los grados del R.E.A.yAc., no habéis realizado progreso personal alguno. Su paso por el Arte Real fue efímero.
Yo no lo pude aguantar y respondí :
¿Cómo efímero?. Ustedes, qué todo lo saben, ¿No lo observaron mis actitudes frat:.?.
Fui interrumpido :
HH:. ... veamos entonces su defensa :
De inmediato si enfocó una pantalla como de una televisión y en la imagen me reconocí juntamente com un grupo de HH:. haciendo comentarios humillantes contra otros HH:., haciendo burla con la presencia de los AA:. MM:., contando chisten en Atrium, conversando y desatentos en
el desarrollo de los trabajos, intolerante con los HH:., haciendo gestos para llamar la atención de mi presencia en Log:.... ¡Era verdad! Me dio vergüenza... traté de justificarme, pero no lo encontraba argumentos para mi defensa. Recordé entonces mis acciones benéficas y me explayé sobre ellas.
Cambiando la imagen cual si cambian en el medio de Televisión, me vi poniendo la mano vacía en el Saco de Beneficencia. Era cierto y por costumbre yo lo hacía así, por pensar que el óbolo no lo sería bien encaminado...
Pensaba que yo daría mejor destino, pero por desgracia, nunca lo hacia... Me vi en las visitas la los HH:. enfermos y comprendí que era pura obligación no por frat:.
Quedé en silencio y lágrimas de remordimiento me brotaron de los ojos. Instintivamente comencé a retirarme cabizbajo. Me detuve al oír la voz autoritaria y al mismo tiempo frat:. del V:. M:. .
Mi H:., reconocemos sus debilidades a todo el mundo y en la Maso:., con todo reconocemos también que él H:. fue iniciado en nuestros Augustos Misterios. Prometemos a sus Iniciados protegerlos y
lo haremos.
El H:. tendrá la oportunidad de enmendar sus errores, Al final, todos los aquí presentes ya los cometimos algun turno. Relájese ahora. Tómese el tiempo necesario y al volver sobre esta tema llegue con nuevas experiencias, nosotros lo encaminaremos de nuevo hacia el camino correcto de La Ord:. Mas:.. Su nuevo caminar será seguramente mas promisorio y útil.
Salí decepcionado pero extrañamente aligerado.
Aquellas palabras parecen haberme librado de un gran peso de encima.
Con seguridad, allí yo desbastaría parte de mi Piedra Bruta.
Estaba saliendo ritualísticamente, cuando pasé entre columnas...
Desperté, sobresaltado y mojado de sudor. Mi corazón estaba muy agitado. Me levanté asustado, mejor más con cierta alegría en el pecho.
¡Había soñado!.
Me dirigí al guardarropas. Mi tierno negro y mis guantes blancos sin uso, estaban allí.
Rápidamente retiré del saco las medallas e insignias, juntamente a los diplomas, algunos sin mérito, y los guardé en una pequeña caja de fondo donde nadie los pudiese ver.
Aún emocionado y con los ojos llenos de lágrimas, me dirigí a mi mesa de trabajo y con las manos trémulas y lleno de una alegría enaltecedora, retiré mi Ritual de A:.M:. y comencé a leerlo.
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