"La mueca de algún sacrilegio del escombro
kiso ke mi rumbo despliegue la boca de mis cenizas. En la tumba de algún mago de lo fatal, donde el sonido de las manos ke invocan,
jalan la sonrisa de la mas sorda de las luces, mirando a través de un drenaje, todo el planeta de tus cielos; y en ese sermón de los vestigios, no deja de llamarme: esa luz, su historia, ke mece la cuna de la indeferencia, Sin mas remedio ke lo ya leido por el viejo Centinela a su amada alkimista, en el trasnochado capricho por seguir viviendo"
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